Estarán ubicadas en un sector rural de la Región de la Araucanía donde las condiciones climáticas obligaban a la optimización del tiempo de trabajo debido a la presencia de nieve en los meses de invierno. En este escenario, la madera se convirtió en el material más apropiado para la construcción y la metodología BIM en la mejor opción para reducir el tiempo de ejecución.
Fue después de un viaje por Colombia que Leonardo Fox, arquitecto a cargo del proyecto, descubrió que la mejor forma para trabajar en proyectos de educación era mediante la intervención de todos los involucrados.
“Hicimos que tanto niños como padres y lonkos del lugar dibujaran para saber con qué soñaban, esto lo plastificamos y lo categorizamos. Había patrones que se repetían como el pasto, porque allá no hay pasto, una piscina, juegos, lugares para jugar y descansar”, cuenta Fox.
El desafío era equiparar la infraestructura y la calidad de la educación de la cuidad con la rural y manejar un estándar de construcción que no tuviera nada que enviarle a un colegio privado. De hecho, estas serán las primeras escuelas rurales pre certificadas CES de estándar muy alto, con materiales de largo aliento, conexión digital, sistemas de climatización y ventilación, modelamientos energéticos, entre otras cosas.
Ambas escuelas rurales serán las únicas que estarán emplazadas en plena cordillera donde deben soportar temperaturas cercanas a los -16° en invierno, periodo en el que también es probable que queden aisladas por su condición geográfica.
Es por ello, que para su construcción se pensó en madera mecanizada y sobre eso, una envolvente para una zona térmica número 7, el nivel más alta de todas. “Para nosotros era fundamental que esos niños tuvieran las mismas condiciones que cualquier niño en otra ciudad, le queríamos dar el mejor confort en su aula”, añade el arquitecto.
Es una inversión de 600 millones y otra de 700 millones de pesos. Escuelas de 500 metros cuadrados para 15 o 20 niños divididos en una o tres salas como máximo y construidas en madera.
“Nosotros elegimos madera porque hace un tiempo estamos retomando el uso de ella como elemento fundamental porque consideramos que tenemos un tremendo potencial como país. Se ha postergado mucho y es un material que puede competir de igual a igual con cualquier otro”.
Además de tratarse de dos escuelas públicas emplazadas en plena cordillera y construidas en madera, este proyecto tiene otra particularidad: fue hecho a través de la metodología BIM. “Trabajar la madera con metodología BIM fue lo mejor que nos pudo haber pasado. El tener claridad de dónde y cómo estaban todas las uniones antes de la ejecución para nosotros fue sumamente importante, sobre todo porque había muchos detalles que se solucionaban en obra”.
Con las nuevas tecnologías se logra integrar la madera a los proyectos y sobre todo a los proyectos públicos. Uno de los requisitos es que estas escuelas duren, al menos, 25 años sin hacerle nada. “El estándar que entrega la madera no lo entrega ningún otro material y, en Chile, no podemos desconocer lo que tenemos. Esa es una línea que tenemos que redescubrir”, menciona Fox.
Actualmente, estos proyectos están en fase de espera para comenzar su construcción, la que está presupuestada para septiembre y su inauguración para marzo de 2019.
FUENTE: http://www.madera21.cl/?p=17358