El viejo laboratorio del Real Jardín Botánico de Londres, en los Jardines Kew, es, aunque no lo parezca, el epicentro de los esfuerzos para detener la tala internacional ilegal.
Los vasos de precipitación burbujean en una placa de cocción, mientras que las guitarras sospechosas que han sido enviadas por los funcionarios de aduanas para las pruebas reposan sobre estantes llenos de revistas viejas y libros de referencia en una multitud de idiomas.
Los científicos del Laboratorio de Anatomía de la Madera, sector de investigación en el centro botánico de Kew, suroeste de Londres, trabajan en un nuevo proyecto mundial para ayudar a identificar con precisión el origen y las especies de madera.
Se calcula que entre el 15 y el 30% de toda la madera comercializada en el mundo proviene de la tala ilegal, según Interpol, con un valor anual estimado de USD 45 000 a USD 134 000 millones en el año 2017.
Gran parte del negocio de importación y exportación se basa en documentos para la verificación.
Sin embargo, los expertos esperan que su nuevo proyecto pueda, en el futuro, proporcionar una técnica científica sólida para identificar rápidamente en los controles si una especie de madera es la que se afirma, y si su procedencia es exacta.
“Espero que realmente ayude a reducir la tala ilegal”, afirmó Peter Gasson, líder de investigación de la institución británica.
Los trozos de madera de Laos se amontonan en una pila junto a otros con notas adhesivas amarillas identificativas.
Las muestras del laboratorio provienen de todas partes y algunas se remontan a más de un siglo. Junto a los microscopios Leica y Nikon se encuentra un trozo de madera negra africana recolectada durante la expedición Zambezi del británico David Livingstone, en 1860.
Sin embargo, hay un orden en el aparente revoltijo de una de las colecciones de muestras de madera más grandes del mundo.
Seis cajoneras contienen 100 000 cubreobjetos de microscopio con fragmentos, ordenados en latín por familia, género y especie. Cada espécimen contiene tres cortes diferentes de la madera: transversal, tangencial y radial.
“Estamos tratando de construir y preparar para el futuro la colección de referencia de muestras de todas las maderas comerciales que se usan en el mundo”, dijo Gasson.
“Queremos una biblioteca grande y exhaustiva, y eso llevará mucho tiempo”, agregó el experto, quien comenzó el trabajo de su vida en el laboratorio Kew como estudiante en 1977.
Combinando el análisis de la madera en Kew con las pruebas de isótopos de diferentes maderas en Yorkshire, en el norte de Inglaterra, el proyecto debería proporcionar a las agencias policiales una herramienta clave para ayudar a identificar rápidamente si la madera proviene de fuentes legales.
Si bien Kew podrá determinar las especies de madera, las llamadas pruebas de isótopos estables, que analizan la composición química dentro de la madera y los patrones que reflejan la lluvia local y los vientos predominantes, permitirán identificar dónde se cultivó el árbol.
El proyecto se hace en colaboración con el Forest Stewardship Council (FSC) , un organismo sin fines de lucro que certifica bosques gestionados de forma sostenible en todo el mundo y que representan aproximadamente el 10% de los bosques productivos del planeta.
Los 200 millones de hectáreas de bosques certificados por el FSC albergan alrededor de 2 000 especies y la organización con sede en Alemania recogerá muestras georreferenciadas para crear una base de datos.
Michael Marus, director de información y director de tecnología de la información del FSC, dijo que “la ciencia está ahí; lo que se necesita son muestras de referencia de bosques que contengan datos de ubicación”.
“Los compuestos complejos crean un tipo de huella digital de isótopos que se puede medir y obtener”, aseguró.
Él considera que “la ciencia puede llevarnos a la fuente de algo con un margen de 10 kilómetros”.
Estas herramientas científicas podrían ayudar a salvar bosques que son cruciales para la sostenibilidad medioambiental, económica y social, y para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
“La tala ilegal es uno de los problemas más enormes relacionado con los bosques”, dijo. “Quizás no es algo que los consumidores tengan presente, pero está en camino. Quieren tomar buenas decisiones. Determinar de dónde vienen los materiales en la cadena de suministro nos ayudará a identificar quiénes están involucrados y qué está pasando”.
Gasson citó ejemplos de madera contrachapada exportada de China hecha con capas de diferentes maderas importadas de otros países. “Con la anatomía y los isótopos estables, debería ser posible afirmar ‘nos estás diciendo que esta madera viene de las Islas Salomón cuando en realidad proviene de Papúa Nueva Guinea’”, puso como ejemplo.
“Dudarán en hacerlo si creen que los atraparán. Actuará como un elemento disuasivo”, sentenció.
FUENTE: https://www.elcomercio.com/tendencias/ciencia-lucha-tala-ilegal-madera.htm